Estética de lo cotidiano - Comienzo fotomontaje
Mi vida en pandemia
En este tiempo pandémico que nos encontramos, mi día a día se a visto intervenido, y ha sido mi salvación para poder sobrevivir ante tal cambio. En el verano del 2020, por temas económicos tomé la decisión de comenzar con un emprendimiento de alfajores personalizados, pero al comenzar la pandemia me vi en la obligación de parar con esto. Pasaron los meses y mi mamá comenzó a notar una gran desmotivación en mi, por lo que decidió darme la oportunidad de retomar mi emprendimiento tomando todas las precauciones sanitarias y sin descuidar mis estudios. Comencé desde lo más pequeño, con un paquete de galletas, un manjar y solamente un kilo de chocolate... No sabia casi nada, casi todo lo improvisaba, y mi mayor motivación y satisfacción fue poder ver que lo que yo hacia con mis manos hacia feliz a alguien más.
Con el paso de los meses aprendí muchas cosas, pero por temas de espacio tome la decisión de venir a vivir donde mi abuela materna. Me recibió con los brazos abiertos, junto a mi tía y prima Monserrat, quien tiene solo 5 añitos.
La monse se convirtió en mi ayudante, con mucha alegría es mi compañía en mi día a día y animo cuando me veo sobrepasada por aceptar tanto pedido y entregar trabajos en la universidad. Este año generamos un lazo más fuerte, sobre todo cuando tuvimos que hacer cuarentena obligatoria por 14 días al saber que su mamá (Es enfermera) resultó positiva a Covid. No fue fácil, pero pudimos apoyarnos y animarnos entre nosotras.
Me alegra el pensar que en medio de esta pandemia pude invertir tiempo de calidad en mi prima, y al mismo tiempo poder entregar lo mejor de mi al aprender y realizar cosas en mi emprendimiento. No ha sido fácil, pero fue mi refugio en momentos de angustia, en tiempos de cambios e incertidumbre.
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